Zona Chat¡¡¡¡

-Frunció el entrecejo a las ásperas palabras del peliverde más envuelto en una total e inexplicable confianza se sentó sobre las piernas de éste, evidentemente, quedando encarado al mismo.- ¿Quieres dulce?

-Abrió los ojos de par en par por la respuesta corporal impartida, y dejando caer el dulce al suelo, postró la palma derecha sobre el fornido torso del mayor, resistiéndose aunque sin el garbo necesario cómo para darse al espacio. Gimió débil tras el agarre, cerrando cómo pudo los muslos.-

Ittai... –Se agarró aquello perteneciente a su anatomía que tras la fuerza aplicada dolía pereciendo de rodillas en el suelo con expresión quejosa.-

-Observó la nívea mano del adulto y en vez de tomarla entre sus dedos, se reclinó hacía esta y le mordió, creando con ello su perruna venganza.-

-Esta vez si, sus ojos se abrieron sorprendidos. Emitió un alarido de dolor conforme el sabor metálico se iba haciendo latente en sus papilas gustativas y tembloroso retrocedió una vez el mayor soltó su herramienta de canto.

Se llevó una mano a los labios, intentando así sellar cuantos dolorosos sonidos querían salir a la luz.-

-Negó. Negó rotundamente a la orden impartida y volvió a retroceder con esa mano aún afianzada contra sus sellados labios. No se levantó siquiera.-

-Los golpes provocaron que sus labios se abriesen y de éstos nacieran sonidos llorosos cada vez que era impactado contra la misma zona. Separó con letargo la mano de su ensangrentada comisura y la dejó caer sin vida contra el suelo, dando por hecho que su cuerpo no era más que un pelele a manos del maestro.-...

-Desvió sus ojos en dirección al miembro al que hacía alusión con la orden y no mucho después regresó a esos azules iris, con miedo, fue observándole mientras se dirigía a esa palma, dándole a duras penas un efímero roce con sus labiales.-

-Se enderezó lentamente de su posición, ayudándose no obstante del muro que tenía detrás para no desfallecer en el intento.- E-... enfermería. –Siquiera él supo cómo se las ingenió para vocalizar. No sólo era en dolor del músculo húmedo si no la extraña sensación que recorría todos y cada uno de sus miembros lo que le hizo negarse de ése modo más sutil a la indicación del maestro.

Pasos lentos fueron los utilizados para dirigirse hacía la salida, apoyándose en todo momento sobre la pared utilizada para la obertura de su pequeña brecha en la cabeza.-

-Todo fue tan rápido cómo confuso. El miedo volvió en él cuando fue victima del nuevo cambio agarre de Sakuma, y vencido en su causa se dejó caer sobre lo que quizás se volvería su lecho eterno.

Permaneció con los ojos cerrados en espera de su sentencia y aunque le escucha hablar, prefería no indagar sobre el dialogo de éste. El dolor desapareció y para su sorpresa, toda agonía se disipó.- ahhn... –Jadeó preso en su propio gozo. Un sueño, sí, seguramente... Todo se remitía a un sueño. Abrió con parsimonia los parpados encontrándose con un rostro más infantil al recordado.- ¿Ryu...-chan?

-No se debatió contra el beso, cuando esa lengua entró en sus terrenos emitió un pequeño gemido, pero lejos de resistirse, tomó por los costados la camisa del hombre que tenía encima y se dejó a él. Sin lugar a dudas era una marioneta a manos de un ingenioso titiritero.-

-se acerco nuevamente, con una sutil sonrisa al ver a los susodichos, hasta que sus pasos revocaron hacia el balcón con los cabellos cayendo debilmente como una cascada de rubios cerrando los ojos hasta posar los dedos o al menos la yema de estos, en los mismos-

-Asintió quedamente, teniendo la vil necesidad de sucumbir al deseo del otro. Se puso en pie y fue en busca de lo demandado, desapareciendo tras la puerta a paso lento y sosegado.-