Tocando el Violin

Noches en vela, sin pensar en nada, perdido en un mundo lleno de oscuridad donde sus recuerdos no existen, la soledad... es solo un hecho latente... nada más.

Sus pasos resuenan en por el pasillo que conduce al humilde teatro del instituto, las paredes agrietadas confabulan con la tonada que proviene desde el interior del cuarto ¿Que clase de melodía es esa? ¿Acaso es la de un alma perdida?. La tonada es profunda y, sin embargo esta puede hacerte sentir levemente triste...

A paso suave llega hasta la puerta entre abierta, mirando al interior por la orilla del marco, sus dedos se posan sobre la pared... presto a la inesperada entrada cuando así lo amerite Rossiel.

Silente, altívo... se conserva quieto, esperando a que termine... talvez.
El lugar es cálido y aunque por las ventanas se cuela una brisa fresca, el sitio continua con ferviente tibiesa ¿Sera el joven quien mantiene el espesor en el aire? ¿En la atmósfera?... es lo más provable. Entonces suspira relajadamente y da un paso, traspasando las penumbras de la puerta, parandose en ella con las manos en los bolsillo sin decir nada aún y es que la melodia es tan cautivadora que, no desea interrumpir... solo eso.

Los movimientos del joven no le soprendierón y tampoco su forma de tratarle, él, no era un viejo decrépito a quien tratar como tal... aunque los años como demonio le jugaran en contra.

-...No todo cambia y no solo con desear...las cosas siguiran igual...- comento calmo, muy calmo para su estado de animo habitual. Llevó una de sus manos a los cabellos echandolos hacia atrás lascivamente, girando completamente para quedar frente a joven.

-...¿Le gusta salir de noche? o ¿es que en este internado tambien tenemos seres diurnos?...- preguntó, apoyo su espalda contra el marco de la ventana, mirando a la nada... hoy, estaba extrañamente tranquilo y por ende nada le molestaba.

Se fijó como ese tela era desprendida de la herida reciente y ello le hizó sonreir ladinamente, el punto de probar su propia sangre... siempre era algo excitante ¿no?

Forma altanera de ser, un cuerpo escultural y esos ojos color miel...¡Ah!....si, realmente divertido sería si las cosas él, las ponia color de hormiga, pero ¿para que? ¿porque?... tendría acaso algo distinto todo esto esto.

-... Su forma de no mostrar que nada le interesa me parece fascinante, pero muchas veces aquella forma de ser tan suya... puede traer concecuencias ¿lo sabias?...- replicó entretenido por sus palabras, no hablaba mucho y eso le pareció anormal de parte suya... era extraño todo.

Sigíloso, continuo mirando en detalle lo que este hacia, subir la tarima y trás saltar suavemente con su indumentaria, talvez podria despertar un poco de maldad para poner más intenzo el momento en que fablaban tan cortantemente... es una idea.

Camino hasta el joven, parandose frente a este con un movimiento rápido, era imposible para un humano haber visto aquello, dado que su velocidad solo era visible para seres de otra indole. Solo entonces, tomó de barbilla con el gélido tacto de sus digítos, firme y confiando con una sonrisa que volvía a nacer en su expresión naturalmente malévola.

-...no todo es insignificante aunque queramos darle ese tipo de lógica, a veces las cosas minimas pueden cambiar la vida tan rápidamente en un abrir y cerrar de ojos...- solo "dice" para picarle, aumentar su ira... talvez, una personalidad neutral muchas veces no es buena y por ello se tiende a que los pecados más oscuros caigan sobre si de manera terrible.

-...tú nombre?...- preguntó con los ojos levemente entrecerrados, el aliento del joven choca contra el suyo tan calidamente que, las tentaciones pueden dar a vasto para un despliegue de sombras corructas en aquel mismo momento.

Vaya, vaya, si que tenia escrúpulos y por sobretodo... valentia, para alejarle de él de esa forma. Habia recordado por una fracción de segundos que en este mundo habian tantos chicos como él, con ese caracter, con ese coráje de salir de aquellas situaciones, pero, lo que ellos desconocian es que, una vez que un demonio libera su poder... no puedes escapar de ellos.

Giró en totalidad, siguiendo con su mirada clavada en él a donde se dirijia, que haria ahora que estaba en ese tipo de situación el joven, sonrió malditamente despiadado ¿porque?... porque sabia perfectamente que oponersele de esa manera, era pedirle a gritos que tomara de ese cuerpo y sin duda alguna... gozaba cuando lo hacia por la fuerza.

Ahí, caminando descuidamente entre las sillas del teatro, el parco... el escenario... estaba totalmente vacío, solo ellos dos en el lugar, alejados de todos los demás humanos, donde nadie escucharía ni los gritos más exuberantes... nadie le salvaría.

-...Zue?...- sonrió, dió unos cuantos pasos parandose por el pasillo externo a la hubicación de las sillas por donde caminaba el contrario. Mayestático con cada uno de sus malditos movimientos, alzó la diestra, elevando el indice que se movia de lado a lado afirmando un "No" .

-...no me molesta tú personalidad, eso solo me hace sentir más ganas de indagar con mis propias manos que es lo que se esconde en ti y se me permites... creo que me aventurare a decir que me has cautivado y aun asi, me deleitare contigo...- espetó con voz grave, sensual, sublime. Las sombras escaparón de su cuerpo y atravezarón la corta distancia hasta rodear a Zue, envolviendolo... cubriendo todas las extremidades de este, dejandole atado ante la posibilidad del escape en si, luchar con un demonio no sera un batalla fácil y sin embargo siempre existe la esperanza de escapar glorioso de aquello.

Comenzó a caminar por entre las sillas, mirando a otro lado sin prestar atención a las facciones del rostro ajeno, de sus sensaciones en esas circunstancias... todo... absolutamente todo... se perdia para cuando Rossiel tomaba cartas en el asunto.

-...tsk...tsk... eso no se hace ¿sabias?...ahora tendre que darte unas lecciones de como tratar a tus mayores...- dijo burlón con gestos sardónicos una vez que llego enfrete del joven atrapado por sus niñas. Acarició con el dorso de su mano la mejilla tibia, tibiesa que solo condesaba más a hacer fechorias -... ¡Lastima que tenga que tratarte tan mal para que aprendas!...- enarcó una ceja mientras sus pupilas ennegresidad se clavaban con navajas en los mieles ajenos.

-...joo asi que no te interesa, pues bien entonces atente a las concecuencias...- dijo con escrutinio en su mirada, no habia nada por lo que desistir de una tortura, y por ende llegaría hasta las ultimas concecuencias por su fechoría.

Las sombras le apretarón fuertemente, aprisionando el cuerpo, la piel... se coloreó de un tono blanquesino de primera... rojo despues cuando aprisionaba aun más. El dolor que causan las sombras es mortal y aunque un "humano" sea de un temperamento deficil, es imposible y ridículo que no sintiera el dolor que se estaba imponiendo, la piel es resistente, si, pero jamás soportaria un trato como el que los demonios u otros seres antinaturales que pudiera crear... sentir es parte de los humanos y por eso... le haria pagar con creces.

Dió un salto ligéro hacia atras cual principe de las tinieblas esta comenzando a divertirse, movimiento suave de muñeca y las sombras se ciñen a la piel con fuerza, ahogando la vida humana que queda... que hay... que pronto cesara si no deja de ser tan obstinado.

Otro movimiento de muñeca, ordenando a sus fieles que cumplieran el cometido de su dueño y señor... ¡Ah!... seria un bello muñeco si no cedia, solo se echaria el mismo el lazo al cuello. Sus fieles obedecierón al acto y las prendas de Zue fuerón desintegradas al unisono... quedando desnudo.

-...¿que creés que se puede hacer con un cuerpo desnudo?...- cuestionó con desdén, recorriendo de pies a cabeza con su mirada la figura de este, la desnudez era total... todo estaba expuesto a una y mil travesuras que Rossiel quisiese hacer para con el humano.

-...¿sientes como tus pulmones gritan por oxigeno?...si no cedes ¡Moriras! y yo disfrutare hasta el ultimo minuto de tus actos...- sentenció con subliminalidad, él alumno seria el que decidiria el camino a escojer... la muerte o vivir.

¿Que no osára hacerle enojar?...bah que tonteria, hacer enfadar siempre es parte de la diversión... las acciones son tan...exitantes... deliciosas. Pero que podia hacer si el chico le estaba buscando a gritos a que le dañara, bueno ya que estaba aqui el ángel, no quedaba más que dejarle jugar a él.

Las sombras soltarón al humano por orden propia de Rossiel, miró cada detalle de como era expuesto a la salvación aquel niño... no haria nada y por esta vez le dejaria que escapara a gusto, ya en otra ocación le tomaría a su antojo cuando así... lo estimase conveniente. Y sin embargo su sonrisa ladina seguia tan presente como cuando estuvo a solas con aquel.

Como se notaba que el ángel tenia una alma tan pura como la de un Dios celestial, lastima que seria él... quien la manchara y lo llevara a la perdición.

Tomó asiento en una de las tantas sillas del palco, mirando al escenario vacio, esperando a que corriera Zue y pronto tal y como habia dicho Shin... conversara con el ¡Já!... esas conversaciones siempre son tan exquisitas que no puede esperar a que termine pronto. Echa sus brazos sobre el respaldo de la silla y colóca una pierna sobre la contigua... solo espera... ancioso.