Melodia Erotica

Trémula entre sus brazos se movía cual conejo atrapado. Sus manos tiesas besándole con nerviosismo, se ahogaba sin poder terminar con lo que tenía pensado y se separaba para esconder su rostro en el cuenco del cuello ajeno y respiraba entrecortado mientras sus ojos se abrían como platos ahora que él no la miraba a la cara. Sentía esos dedos que se balanceaban por toda su espalda y llegaban a su cintura presionándola contra el chico – ahhh… - respiró caliente en su cuello y entrecerró los ojos al sentir como Edaín besaba su cuello, lo estiró con cuidado para que el otro no viera su rostro y se dejó acariciar aún tímida y rígida.

- Ahm…- sintió como le tomaba de la mano y giró su rostro ahora cruzando miradas con el chico que parecía indicarle que todo iba bien y sin darse cuenta ya las puntas de su dedos tocaban el vientre del hombre, retrocedió mas el brazo contrario del chico la sostuvo para que no fuera más allá que donde estaba y notó con estupor el miembro duro del chico. Los colores de su rostro se intensificaron y corrió la vista hacia uno de los hombros del otro intentando alejar la mano, pero el otro sonreía, hacía que su mano se hundiera aún más bajo la prenda y la obligaba a acariciarlo.

Tragó saliva y presionó levemente aquella carnosidad que más parecía una piedra caliente, rugosa textura y… vellosidad. Su cuerpo tembló nuevamente y escondió el rostro en el cuello del muchacho y cuando pensó que estaba más relajada nuevamente sintió los dedos del otro en su vagina – ahhh … ¿e… es necesario qu… - tragó saliva – que hagas eso? – movió sus caderas tratando de acomodarse, sus piernas se juntaban por la incomodidad que sentía.

No obstante, se obligó a mantenerlas levemente separadas y a acariciar el miembro del chico, suavemente, sintiendo como la piel de éste se recogía. Llevó las yemas de sus dedos hasta el glande y lo acarició con cuidado, como el otro lo hacía con su intimidad, pero no podía dejar de respirar con nerviosismo y que ese estremecimiento recorriera todo su cuerpo.

Sus pezones estaban duros y se rozaban con el cuerpo del otro, estaba tan caliente ese chico y ella estaba de igual forma aunque visiblemente sus movimientos eran rígidos y aparatosos, se dejaba hacer para ver qué sucedería.

Sentía los calientes dedos de la chica recorrer su miembro duro que reaccionaba con cada toque de este mientras sus labios eran lamidos por su lengua que asimilaba el exceso de calor en el cuerpo de este

Al sentir los delgados dedos de la chica no pudo evitar soltar un leve gemido que se perdía entre el silencio de la habitación "ah..." exhalo una sonrisa sonrojado, avergonzado por su "virginal" reacción y desabrocho con la mano que yacía libre la correa negra de su pantalón para hacer mas agiles y menos torpes los toques que los dedos ajenos le otorgaban

Sus dedos yacían aun en la entrepierna de la chica e ignorando cualquier comentario con sus rodillas separo aun mas las piernas de la chica para dejarla abierta a cualquier ataque que sus dedos pudieran atribuirse

La mano que yacía en el cinturón desabrocho el botón que yacía escondido por detrás del pantalón para así liberarse por completo entonces desvió su mano de su curso normal para bajar de forma delicada la lencería fina de la chica que yacía totalmente mojada por el liquido que desprendía de su entre pierna

Nuevamente Edain sonrió para levantar el cuerpo de la chica mirándola desde abajo , despojándola totalmente de aquella prenda que no hacía más que aumentar la excitación de su mano de penetrarla con sus dedos

Respiro de forma agitada para bajar a la chica nuevamente colocando las rodillas de esta en la suave cama mientras echaba los cabellos que habían sido desordenados por el movimiento rápido que el mismo había causado

Miro de forma fija a la chica mientras bajaba el cierre de su pantalón negro con la determinación en su cuerpo de hacer suya rápidamente a la chica que le volvía totalmente loco y dijo

"Desde el primer momento...supe que serias completamente mía -baja sus labios hacia los de la chica para besarla- si te escapas te perseguiré al mismísimo infierno desde ahora y hasta el resto de mi eternidad"

Escondida en el hombro del chico permanecía sintiendo sus dígitos deambular por su vagina, entrecerró los ojos y dejó escapar un leve gemido que se perdió en oído del hombre mientras sus propios dedos masajeaban el miembro del otro y su hombro – ahh… - los labios llevó hasta su hombro como besándolo pero allí se pegaban, así como también su mentón que temblaba.
Sentía sus pezones rozar constantemente la piel caliente de su compañera y se apegaba más para no sentir ese cosquilleo, para que Edain no viera sus senos, no… que no los viera, estaba demasiado nerviosa, prefería que sintiera la presión de éstos pero que no la quedara mirando de esa manera que la hacía avergonzar tanto.

Pronto sintió como el otro separaba aún más sus piernas y que la alzaba – Uhmg… - cerró sus ojos y soltó el miembro del chico para afirmarse de sus hombros con el fin de no separarse – ahh… qu… - iba a preguntar qué hacía cuando sintió su mano en parte baja de su espalda y los gruesos dedos deslizarse por sus redondas nalgas, bajo la tela de su ropa interior. Apretó los ojos y sus bucles rosáceos golpearon el rostro del muchacho cuando ella se aferró más fuerte y sacudió las piernas.

El hombre la despojaba por completo de sus vestimentas, ahora si que estaba desnuda, no dejaría que la mirara – maldito… - susurró en su oreja y presionó las uñas en la espalda del chico para que la dejara sobre la cama como antes.

Lamió sus propios labios sintiendo como el otro la acomodaba en la cama mientras sus senos se rozaban contra la piel del colorín – Hm… - se sonrojó y miró hacia otro lado mientras llevaba la mano que antes tuvo en la entrepierna del chico hasta sus senos para cubrirlos de manera pudorosa.

Pronto sintió el roce de algo caliente en un costado de su pierna, rodó los ojos cubiertos por la larga cabellera para percatarse de - . . . el miembro del chico – tragó saliva aparatosamente y muy lentamente dirigió su atención hasta el otro costado, apoyando el mentón sobre el hombro de Edain, sentía miedo - esa cosa… - estaría pronto en su cuerpo, las espesas cortinas de pestañas descendieron escondiendo las orbes, pero el sonrojo no desaparecía ni por gracia.

Ahora llevó las manos hasta el torso de él liberando así sus senos que chocaron abultados contra la fisonomía del compañero. Las uñas de ella con suavidad escarbaban la acaramelada piel del que la sostenía con propiedad, como una gata pensativa que amasaba el lugar donde acomodaría su humanidad, no sabía si permanecer a su lado o bajarse de la cama para esconderse en el baño.