Sonata de corrupción - Privado -

Un salón de música había sido escogido como zona de trabajo de alguien muy particular, un peliblanco que deslizaba aquellos dedos de lechosa piel sobre las teclas de aquel piano negro, una conjugación de sonidos tan particular… una que había estado circulando en su mente desde hacía días, una maligna y seductora canción estaba siendo compuesta.

Cuan feliz había sido Yoru al encontrar momentos antes uno de los salones desocupados, tal había sido su exaltación que se abalanzó sobre aquel instrumento que ahora parecía una extensión de su cuerpo, dejando la puerta completamente abierta, sin importarle nada, como si hubiera entrado en un transe profético.

Poco a poco iba tomando forma, mientras todo su ser vibraba, deteniéndose pocos segundos a escribir las notas de aquella composición sobre una pauta. Cualquiera hubiera dicho que se trataba de un espectro a la hora del crepúsculo, tanto por su aspecto, como por el irreal ambiente que flotaba en el aire a su alrededor.

Sus pasos eran guiados por un melancólico sonido que lo llamaba para deshacerse de todo el estrés de su cargo y de su condición como "Okami"

Miro hacia todos lados ya que a pesar de conocer a la perfección aquel lugar no faltaba el momento en las cuales el director movía las paredes para crear así un castigo "divino" a los jóvenes que desobedecían sus reglas, y sin darse cuenta había llegado a aquel lugar al parecer era una nueva parte que había creado el milenario director ya que antes no la había visto, y decidió adentrarse hacia aquella sala al escuchar tan melancólica y suave melodía. Al llegar a la puerta este del bien hecho lugar abrió los ojos de par en par al ver la hermosa imagen de un chico que tocaba con extraña pureza aquel instrumento que conoció solamente en la tierra y apoyo su frio cuerpo contra la baranda de la puerta mientras llevaba sus manos hacia sus cabellos para echarlos hacia atrás de forma suave

Sus ojos permanecían cerrados ya que aquel sonido le provocaba un extraño trance, un trance que podría sacar la parte "buena" de el

No podía estar seguro cuanto tiempo siguió tocando como un poseso, mientras su cuerpo se agitaba al son de la música, melancólica y macabra, una obra que no había sido creada por su mente, sino que había sido introducido a ella de algún modo, así como los espasmos que ahora recorrían su cuerpo. Su voz comenzó a seguir la música en un tarareo grave y profundo, cambiando entre el tono de tenor y barítono según su antojo, regocijándose en su alma por el brote de locura que experimentaba.

Pero su cuerpo era humano, y necesitaba descanso, cuando toco la ultima tecla su cuerpo se derrumbo en aquel taburete, apoyándose con una de sus cansadas manos al borde de este, inclinando su rostro hacia delante por lo cual fue cubierto por su cabello, así fue como poco a poco el mundo recobro la normalidad, o al menos sus sentidos se alejaron de aquel estado de exaltación. Y solo fue entonces que se dio cuenta que había alguien más en la habitación.

- Emm… espero te haya gustado- le dijo a aquel desconocido oyente, con la respiración agitada, y una apariencia un tanto desarreglada.