Un día "común" -Libre-

Un domingo… el día más aburrido de toda la semana y lejos de ser el preferido del castaño, pues debía hacer la mayoría de sus quehaceres ese día incluyendo los trabajos y tareas que habían dejado durante la semana. No es que fuera un vago o dejara todo para última hora, simplemente le gustaba aprovechar los demás días al máximo. Llevaba un cesto con ropa en ella, demasiada ropa había usado durante esa semana, y ahora estaba pagando el precio por dejarlo a última hora.

Atravesó algunos pasillos, para su suerte era aun de día de hecho, era bastante temprano como para encontrarse con alumnos o amigos, lo cual era de su agrado pues no estaba de ánimos para hablar con nadie conocido. Llego al fin a su destino, el cuarto de lavandería, dejo su cesto en una de las lavadoras, y la abrió para comenzar a meter la ropa - ¿Cómo iba esto?... Ah siii ropa de color, negra y blanca por separado… no queremos que se tiñan- pensó, llevando su dedo al mentón.

Cuando por fin logro recordar como era la ciencia en aquel arte, comenzó a separar su ropa, introduciendo la de color en la lavadora, y dejando la negra y blanca para cuando terminara aquella carga. Suspiró algo cansando se había levantado bastante temprano ese día como para estar completamente en sus capacidades cognoscitivas. Estiró el cuello, tronando algunos huesos en el proceso – Ah valla, mucho mejor… ya me estaba incomodando- se dijo a si mismo con respecto a aquel sonido de crujir de los huesos.

Comenzó a caminar en círculos, buscando que hacer o ver mientras terminaba aquella maquina estruendosa de lavar, hasta que recordó que no le había puesto el jabón a aquel aparto. Sonriendo algo nervioso con una gran gota en su nuca, mientras caminaba hacía la lavadora para abrir el compartimiento donde iba el jabón líquido.

- Que tonto de mi parte, y luego preguntan porque vivo solo… jaja porque es más fácil lidiar conmigo mismo así -

Rió sarcástico, ya parecía que el día de hoy se lo pasaría metido en aquel cuarto, y bueno no podía quejarse, ni quería quejarse… comenzó a pensar en que haría los siguientes días, ir a clases, salir con amigos, almorzar, recordar las tareas, ir a buscar la comida para Brightside, su serpiente… no, no la tenía en el internado eso estaba prohibido pero debía mandarle la comida al que se encargaba de ella, pues solo Michael sabía que le gustaba a aquella serpiente mimada.

-Mmm…?-

Escuchó un extraño sonido procedente de los pasillos, tal vez era alguien que se acercaba, tal vez buscaba una habitación o simplemente lavar ropa como él. Enarcó una ceja, se arreglo un poco el cabello, y bueno ya no podía hacer nada por su ropa la cual era una camisa de manga corta color negro, y unos pantalones algo rasgados, un cinturón a medio caer y sus zapatos de goma preferidos. Se acercó a su lavadora y se apoyo en ella, esperando que algo emocionante sucediera.

De todos los lugares a los que había podido ir a parar después de su primera noche en internado había acabado ahí…y es que le parecía fascinante la manera en que, al meter la ropa en la lavadora esta giraba hasta quedar completamente limpia…

Había llegado muy, muy temprano en la mañana dispuesto a inspeccionar esos aparatos…fue entonces que decidió meterse dentro uno de ellos. Abrió la tapa y se arrastro dentro de la lavadora, cuando estuvo dentro cerro la tapa y ahí se mantuvo, observando el interior como si de lo más fascinante se tratase.

Tal vez una o dos horas después escucho ruidos en la parte de afuera, se asomo por la trasparencia de la tapa sin llegar a salir o rebelar su presencia. Prefirió observarle antes de salir y hacer acto de presencia. Le siguió con la mirada, observo cuidadosamente los movimientos de sus manos, las facciones de su rostro y como caminaba de un lado a otro. Le escucho hablar, pero poco pudo entender desde ahí…aunque tampoco le dio mucha importancia.

Le vio alejarse, y se perdió de su campo visual…pero el quería seguir observando. Entonces empujo la tapa y asomo la cabeza, se arrastro fuera del electrodoméstico, y se sentó en el piso, clavando la mirada en el extraño.

Ladeo la cabeza, esperando cualquier tipo de reacción…

Vaya si era un día aburrido, suspiro cansado mientras continuaba esperando. Ladeando el rostro, al parecer nadie entraría por aquella puerta, esbozo una sonrisa burlona, mientras se daba la vuelta por una extraña sensación y sin darse cuenta, o al menos no hasta ese momento. Explayo los ojos y se alejo un poco, apoyando las manos en el electrodoméstico, tratando de no parecer tan sorprendido como estaba - ¿Cómo llego… hasta aquí? No había nadie… es una especie de… ¿mago?- se preguntó algo intranquilo, pero su rostro solo mostraba una calma casi severa.

- Vaya, vaya y luego dicen que estoy alucinando… aunque casi se podría decir que eres una visión-

Se acercó lentamente, pues había notado que el otro estaba en cierta manera a la defensiva y no buscaba peleas, al menos no con un extraño. Logro acercarse lo suficiente para observarle mejor, pero dejando una distancia prudente. Sonrió algo calido para extender su brazo y abrir su mano.

- Soy Michael Lestrange… y tu, aparte de una bonita cara, ¿tienes nombre?-

Preguntó ciertamente interesado en conocer al otro, bueno, ya se conocía a Michael generalmente hacía todo por interés, y esperaba algo por parte de aquella persona. Pero sabía disimular aquellas acciones y deseos tan vanos para parecer algo menos cínico y superficial, después de todo si llegaran a saber que él era así no le buscarían demasiado. Estuvo un momento atento al otro aunque pronto la lavadora dio un sonido de que había terminado de lavar.

Le hizo un ademán con la mano y soltó un leve – Discúlpame un momento- antes de alejarse para sacar la ropa y comenzar a meter otra carga. Observo las miradas del chico con respecto a ese aparato, parecía estar bastante fascinado con aquella invención – ¿Qué tanto estará mirando la lavadora, nunca ha visto una?- pensó desviando la mirada para terminar de colocar la ropa, dándose la vuelta y esbozando una sonrisa, acercándose con intenciones de recobrar lo que había perdido, el estrechar y la presentación de aquel personaje tan curioso.

Aunque ya estaba planeando que preguntar en el siguiente movimiento, el como llego y donde estaba metido, pues no recordaba haberle visto antes… y realmente se había sorprendido al notar que alguien estaba en ese cuarto y no había atravesado la puerta ni hecho algún ruido, eso era ciertamente impresionante.

Sentado (de “chinito”) así como estaba se veía de lo más curioso, incluso daba la impresión que al estar en esa posición pedía años y se veía menor de lo que en realidad era…
Esperen… ¿Cuantos…años tenia ya?...no había remedio, lo había olvidado.

Una vez mas ladeo la cabeza y una suave sonrisa apareció en sus labios, Le había parecido de los mas divertida (dulce, según el) la manera en que el otro joven había reaccionado al verlo.

Una visión…¿lo soy? –pregunto en voz muy muy baja, y no se le haría raro que su acompañante no le hubiera escuchado.

Aquel hombre era singular, sobre todo con esa sonrisa que le hacia ver tan encantador, y, por su parte, Kasumi encontraba realmente interesante la muestra de interés que había surgido repentinamente…tal vez debería mostrar el mismo interés.

Segundos después se encontraba admirando la mano ajena, inspeccionándola y escudriñándola cuidadosamente, como si nunca hubiera visto alguna parecida, fue por eso que lo dejo, primeramente, con la mano extendida (no el suficiente tiempo como para parecer grosero)

¿Tenia una cara bonita? Hubiera agradecido el cumplido si hubiera podido recordar como tenía la cara…en definitiva necesitaba comprarse un espejo. Arqueo una ceja, como si no pudiera recordar ni su propio nombre (que en realidad, no era tan propio). Bajo la mirada… ¿También había olvidado eso?

Pronto sus pensamientos fueron desviados por la alarma de la lavadora, que, por segunda vez capto toda su atención, le encantaba la idea de meter un montón de ropa sucia para luego sacar, el mismo montón, pero de ropa limpia, era simplemente extraordinario.

Una vez mas su foco de atención cambio, regresando la mirada al hombre, el cual, seguro, era mayor que el… Estiro el brazo, estrechándole la mano, y en el acto se levanto, el lugar se quedo en silencio por unos segundos hasta que en un susurro respondió.

-Soy…Kasumi Sedlacek…

Los movimientos del otro chico eran… extraños, parecía que estuviera en la época equivocada en el momento equivocado, era muy extraño, como si hubiera olvidado todo lo que es o representa. Asintió levemente al escuchar que era toda una visión, ya fuera por miedo o pasión, pero lo era. Por un segundo pensó que el chico no estrecharía su mano, que parecía que fuera algo nuevo para él – Es bastante peculiar… ¿me pregunto de donde vendrá? Aunque por como miraba, seguramente no tiene idea ni de donde esta- pensó algo confundido por la forma del otro.

Observo al chico levantarse, el silencio que vino seguido de esta acción era bastante molesto. Estaba por desviar la mirada y buscar algo en que centrarse que fuera más productivo, pues el otro parecía no tener muchas ganas de socializar, hasta que su atención fue traída por la voz y las palabras del menor, esbozando una sonrisa calmada y diminuta.

-Encantado de conocerte Kasumi… ¿eres nuevo aquí?-

Su tonó de voz no era precisamente muy emocionado, pero había que admitir que el chico no solo era guapo, además era extraño, quizás introvertido, y para Michael esa clase de personas era divertida, pues al darles “cuerda” que tirar, terminaban siendo los más divertidos de todos, aun recordaba algunas anécdotas de algunos introvertidos que había conocido antes en su vida.

- Porque si eres nuevo, podría darte un pequeño recorrido por el internado… yo hubiera agradecido eso el primer día que llegue, pues la verdad me he perdido varias veces-

Comentó algo emocionado, mientras se daba la vuelta para atender la lavadora, pues no deseaba perder la atención en ninguna de las dos cosas. Observo por un momento las miradas del chico con respecto a esa maquina, parecía como si para aquel joven fuera magia, parecía estar bastante interesado en aquel aparato. Esbozo una sonrisa al mirar, de cierta manera era algo enternecedor. Hizo un gesto con la mirada, diciéndole que se acercara.

- ¿Te gusta la lavadora, te parece fascinante? ¿No has visto una antes?-

Era ya demasiada la curiosidad de Michael por saber que sucedía en la mente de aquel joven, aunque fuera con respecto a algo tan simple y sencillo como electrodoméstico, pero de alguna manera debía buscar algún tema de conversación que no fuera algo tan vano como el internado, pues ese tema no era de sus favoritos, ya de por si no le gustaba estar ahí, mucho menos tener que recodarlo y peor el tener que hablarlo con alguien que acaba de conocer.