Quietos. {Privado}

por **Arthur** Dom Abr 12, 2009 4:41 pm

Tan buen punto alcanzó el frágil cuerpo de aquel de larga cabellera impuso su rostro a modo que quedase fielmente afianzado contra el oído adyacente y tras soplarle con lujuria, habló un tono por demás amenazante. – Camina hacía adelante y si te portas bien, no te haré nada. – Le empujó sin restricciones hacía delante cuando terminó de hablar dejándole por entredicho que era hora de acatar la orden. El aroma a sangre impactó con fuerza a sus fosas nasales cómo si de una bofetada se tratase y por ello tras arrugar el ceño, buscó la mano de Alexander entre la penumbra del lugar. Al notar los fríos dedos del mismo aplacó esa mano que tenía herida bajo la fuerza de la propia, deteniendo con ello la hemorragia. No sería para nada un gesto elegante de ver, ni tierno y mucho menos paciente, sin embargo, la brusca y bien empleada prisión fue suficiente para que la sangre dejase de emanar de la zona a curar.

Pese a que era Alexander quién iba por delante, él mismo interponía el rumbo, empujando con firmeza el cuerpo ajeno por los rincones dónde deseaba seguir. A las torres. ¿Dónde se refugiaban los cuervos cuando tenían entre sus garras lo más brillante? ... en la copa de los árboles. Estaba casi seguro en su totalidad que esas dos personas se encontraban en la torre. Un cuervo, un vulgar ladrón de joyas que le había arrebatado algo preciado; Así veía a quién había osado llevarse a su estimado.

- Allí. – Tosco y más áspero de lo que normalmente se mostraba, empujó el cuerpo ajeno en dirección a una serie de escaleras que se enroscaban en su propia forma. Le obligó a subir los peldaños prácticamente de dos en dos y cuando éste tropezaba por su propia y natural torpeza, arremetía con empujones aún más severos.

por **Alexander Wolfgang** Dom Abr 12, 2009 5:06 pm

-habia pensado en cosumirse en la miseria, en el simple hecho de que nadie le amara y le tratasen como un objeto, no..no era un objeto eso era lo que tenía que pensar, calcular, creerlo todo iba en calma habia cogido una botella disimuladamente, todo lo que tenia que hacer era beber y el dolor de cabeza no se sumaria al dolor de su corazón- p-pero que..-no fue capaz ni de voltear el rostro cuando sus ropas no solo estaban semi-desgarradas en todo lo que habia pasado, sino tambien con un color inocmodo en la zona de los zapatos, en forma de uve, debido a que cuando la botella cayo, se rompio en la zona de sus pies..conocia esos tirones, porque los habia sufrido, en la cocina por no decir que tenian tanta o mas violencia de la recordaba- a-arthur que se supone que estas haciendo

-su tono, no mostraba ya temor, se mro la mano que dejaba un regusto carmin por cada lugar en el que pasaban hasta que no expuso ningun quejido por el movimiento de los dedos, logrando que su hemorragia al menos parase, al ritmo de los empujones, bruscos tirones, sus cabellos caian por el rostro cuando cansado, apreto las manos de arthur- joder ya puedo andar solo -le miro a los ojos, sabia quehabia sucedido y no por eso tenia que cargarse con las culpas, el queria tener a damant entre sus brazos y explicarle que le quería pero no por eso se agarraba con arthur a hacer idioteces, debia de calmarse, sin darle lugar a que le respondiera, caminó por las escaleras, si, ahora daba a entender de que si le ponia las manos encima no solo le conseguiría responder con otro golpe, no era el mismo profesor, ahora no necesitaba ni las gafas las cuales rompió contra un muro cercano, caminando por las escaleras siguiendo su propio instinto-

por **Arthur** Dom Abr 12, 2009 5:49 pm

Abrió algo más sus ojos de la forma ovalada que tenían, a modo que quedase por claro que las palabras mentadas por el profesor le habían dejado estupefacto. Dejó incluso que pasase por delante con ése porte arrogante con las que ahora se vestía, por un momento, totalmente aturdido. Alzó la mano que no muchos minutos antes hubo estado en contacto con los calidos dedos del inglés y una mueca tiñó sus fracciones cuando vio la sangre. Fue cómo si el carmín le hiciera volver a su forma; Sea cómo fuere, se apresuró en alcanzar ése cuerpo que iba en ascenso. Oh. Sí. Conocía (tal vez incluso adoraba) esa actitud que el rubio no muchas veces dejaba salir a la luz. Pero algo estaba dictaminado: La fuerza de su estimado ángel no podía compararse a la propia. Pudiera ser que le ganase en edad, pero no lo hacía ni en peso ni en cuadriceps, así que si se iniciaba una pelea, la corona de la fama ya estaba grabada con su nombre.

Los escalones pronto llegaron a su fin y aunque respiraba pesado por el esfuerzo que recién había realizado al subirlas no quitó ojo de quién, aunque se negara en recocerlo, era algo más que su presa del momento. No tenía pensado ponerle una mano encima, no de un modo livinidoso, sin embargo, sabía cuan excitante podía ser montárselo con aquel cuando su personalidad más hostil salía a la luz. ¿En qué escremento pensaba?. Sacudió rudamente la cabeza; Rossiel. Tenía que encontrarlo y dar un par de patadas en la zona baja de aquel cuervo. ¿Y que mejor que entrar en el nido del pájaro con un suculento chantaje en sus manos?. Miró a Alexander... Sí. Lo usaría cómo mero cambio. Algo en su interior se removió inconforme con su propio pensamiento. ¿Podría llegar a usar a quién tan importante fue para él?.

Verle allí, así, desprotegido, roto por dentro, cual muñeco sin rumbo le hizo actuar. Era sabido que su mente no respondía, su cuerpo solía ser quién dictaminaba sus acciones, y el mismo rodeó de manera posesiva la cintura del rubio desde atrás en un abrazo, más que protector, posesivo. No habló, pero si afirmó su posición y lo alzó un par de centímetros del suelo, los suficientes para que no pudiera andar, y con él en volandas, lo aplacó contra uno de los muros, aún sin soltarle.

por **Alexander Wolfgang** Dom Abr 12, 2009 6:30 pm

-cabreado, estaba realmente cabreado aun no sabia ni como podia actuar de esa forma, Arthur era su violador pero le veia como un amigo, aun asi estaba pensando en golpearle como pudiera si se atrevía a usar la fuerza de nuevo, se mordio le labio inferior cuando las gafas se destrozaron la forma de las pupilas de sus ojos habian cambiado, solo iria a ver a damant, si era su objeto o su muñeco o como si era su perro, solo necesitaba verle, ver, si claro estaba su cariño por el profesor era “amor”, habia comprobado que el director amaba a Arthur, era algo que con sus sentidos algo afeminados se notaba, y que Arthur igualmente, amaba al director, ¿Por qué estaba ahí? Debería de estar bebiendo y empezando a golpear algo que saliera, lo primero que viera, pero a quien queria engañar, alexander, aunque era mayor, no tenia mas fuerza que la que le habian permitido tener, jamás le habian metido en alguna clase de lucha, por lo que no se sabía defender del todo, sabia golpear, tironear, acorralar y patear, pero eso le atinaba mas a decirle el profesor mas debil de todos. Suspiro algo enojado, intentando calmarse cuando empezo a caminar, las escaleras..habia finalizado de subir las escaleras, a contrario que Arthur a pesar del cansancio no mostro este, sino que habia pensado en ese eco de fracciones que estaba golpeando su rostro, ¿Qué hacia? Ver a damant, no, habia sido obligado pero de todas formas le iba a pedir ayuda a Arthur…para conseguir a damant, para que el de ojos indigo, entrase de nuevo en su vida…queria hacer las “paces” con Arthur, ya que su enojo estaba apaciguandose, pero no lo hizo, afirmo sus manos a la camisa, no era el mas apropiado, por mucho que se quejase, Arthur era importante, era un amigo especial, su primer encuentro con la realidad…si, le trataba con violencia, y eso no lo podia negar que solo el le habia visto realmente enojado, habia asustado aquel primer encuentro con su otro yo..

No sabia ni donde caer muerto…esa era la verdad, apreto la mano herida, la hemorragía se habia saciado con su mano, habia entorpecido algunos movimientos de esa mano…sus cabellos caian, cuando cerro entonces los ojos mirando hacia el techo, pero justo en ese momento cuando pensaba que el amor, era realmente estupido en sus maneras, pero que como humano, no podia evitar morir por ese amor, odiaba las espinas que se habian clavado, no era un cuchillo, eran las acciones…pero, tenia que ver a damant…ahora, ya sabia la razon por la que no habia puesto mas resistencia..sus pensamientos se extinguieron tan facil como habian llegado- que estas haciendo

-menciono amenazante, para mirar desviar su rostro hacia el sin poder hacerlo, los cabellos rubios se encontraban alborotados, abrio los labios ¿a que venia esa posesividad? Nunca sabia lo que pasaba por sus acciones, pero sí, lo que tenia en mente, conocía a Arthur..tenia ganas de decirle “todo va a ir bien, rossiel volvera a tu lado” pero estaba seguro de que eso empeoraria las cosas..- sueltame..sueltame sue-

-su altura, no era demasiada, a pesar de tener 25 años estaba siendo sostenido como un vil muñeco de trapo, de nuevo esa posesividad que jamás habia sentido con nadie, no habia derecho de que fuera posesivo, si la persona que deseaba que fuera posesivo, damant, no lo era…en cierto modo, su mente se nublo, oponiendose lo que pudo, en ese estado, enojado, ahora parecia estar realmente confuso, le tendria que haber golpeado…se vio afirmado contra la pared, su frente, temblo por la frialdad que habia sentido, cerro los ojos manteniendose quieto, entre esa posesion que se afirmaba..cualquiera que viera eso, pensaria que algo ocurriría, pero alexander conocia una cosa..y era, que de esa forma Arthur demostraba preocupación, algo habia en su mente que ni el mismo podía controlar- lo lograrás…estar con tu persona mas preciada…estoy seguro...de que podrás...-murmuro cuando coloco las manos en el muro donde estaba, metiendo el vientre, consiguio que su delgadez aumentase y poder pisar el suelo, volviendo a esa diferencias de alturas-

por **Arthur** Dom Abr 12, 2009 7:11 pm

¿Qué importaba que el profesor se negase a su contacto? Aquel rubio ya había sucumbido a él en las cocinas, arrancándole la inocencia y llevándose cómo medalla el recuerdo de haber sido el primero en indagar por el antes virginal paraje. ¿Se hubo detenido entonces?. No. No era de los que acataban ordenes, nunca lo fue antes, tampoco lo sería ahora. En absoluto lo había arrastrado a ése lugar para tomar posesión de nuevo de su ser, aunque recordaba el exquisito cuerpo del otro, ahora su corazón estaba atado a otro ser. A uno más arrogante y altivo, a uno que no tenía seguro de querer o no, uno que... Era extraño en toda su forma y adorable en todas las facetas. El recuerdo aún y así del rubio en el momento del acto le hizo temblar ligeramente, pero en ningún momento soltó el agarre. Tenía la vaga sensación que de darle la deseada libertad se iría. Cómo todo lo que pasaba por sus manos. Pudiera ser que su personalidad no fuera la perfecta, que sus modos siempre estuviesen tintados de una serie de malos actos, no obstante... ¿Cómo comportarse de otro modo si todo cuanto había poseído se había disipado de sus manos?. Todo. Incluso ése cuerpo al que permanecía abrazado se fue para caer en brazos de otro. Quizás el único utilizado después de todo fuera el mismo. Era cierto, pero, que disfrutaba sometiendo a los demás, que le encantaba escuchar las suplicas de los débiles, pero aún y así, cada día que pasaba, sentía que para nada eso compensaba con el vacío que, una vez disuelto el clímax sentía. Un beso? ¿Un abrazo?. Eso eran sarcasmos de su diccionario personal.

Pese a que seguía sosteniendo a su presa contra el muro no hizo halago de apretar o de dañarle, le mantenía sencillamente cargado contra el mismo, con su torso haciendo de tope para que no se le ocurriese el escapar. Igualmente y conociendo al inglés sabía que no sería capaz de algo así. Era de esas personas que recurrían siempre al fino y siempre acertado dialogo. Lo odiaba. Lo repudiaba. ¿Cómo alguien así se había dejado a sus manchadas manos?. Gustase o no de ello, su virilidad ya había hecho entrada en ése paraje y aunque en su día lo disfruto, ahora ciertamente le creaba cierto tormento interno... ¿Le habría perdonado?

Sintió la suave y nunca forzosa presión que hacía el cuerpo del director, cómo si con cuidado le invitase a postrarle de nuevo contra el suelo. De hecho, así lo hizo. Sus manos dejaron de hacer presión y sus brazos se aflojaron de esa delgada cintura permitiendo que primero la punta de los pies se afianzasen sobre el suelo, después, volvió a ceñir esa figura en un abrazo nuevamente de carácter posesivo. Estaba, por decirlo de algún modo, conmocionado por las palabras que recién había pronunciado el inglés y del modo que pudo intentó asimilarlas.. ¿Lo sabía? ¿¡Lo sabía!?

Soltó inmediatamente el cuerpo ajeno cómo si este le hubiese propinado una descarga electrica, incluso se permitió alzar los brazos cómo si realmente hubiese rehuido de algo indeseado. Sus puños se tensaron tal y cómo habían hecho en la fiesta cuando la ira se congregó en ellos y una mirada de total despreció se postuló encima del adyacente, del que seguía en el muro... Del que había renunciado. – Tu no sabes nada, maldito. – Tembló, pero supo controlar la ira. No podía ni quería golpearle, no a él. – Así que mantén la maldita boca cerrada o te la llenaré de algo que ya probaste en su día. – Gruñó y dio media vuelta, alejándose de aquel que proseguía en la pared. Él. Él era el menos indicado para hablar. Y ciertamente, el temor de emprender una conversación de caracter romántico con ÉL... se le hacía algo insoportable.

por **Alexander Wolfgang** Dom Abr 12, 2009 7:46 pm

-el hecho de que hubiera pisado el suelo y que estuviera entre los brazos de Arthur, le proporcionaba miedo, calor, libertad…sabia que cuando damant le abrazaba, sentia meramente como si volara, como si le necesitase de forma tal que ni el mismo podia identificar los restos de ese amor, ¿restos? ¿amor? ¿Estaba enamorado? Sin darse cuenta, en dos simples dias en un encuentro damant le habia causado tal golpe en su corazon que al parecer solo estaba pensando en el…y ahora, estaba entre brazos de Arthur, al que habia acertado en sus sentimientos…de nuevo, un brote de ira salio de sus labios, cuando se volteo y le miró a los ojos, sus ojos se habian dilatado del todo, parecia como si ahora el color azul tan preciado, se extinguiese en un negro cabizbajo y debil, no, no soportaba que se enterrase en esos modos, que de malo tenia expresar a todo el mundo que estaba enamorado, como se comportaba Arthur, solo era una forma egoista, era su amigo, pero tambien sabia cuando habia logrado capturar su enojo- vas a pegarme…intentalo. Golpeame, desahogate, pero dime una cosa cuando lo hagas te sentiras tranquilo? Te sentiras bien?

-se acerco de forma peligrosa a su cuerpo cuando sostuvo por el cuello a Arthur, apretandole de forma que no pudiera escapar, la bipolaridad no era un asunto de juego, y ahora, estaba realmente cabreado, ni su mayor enemigo le veria asi, con las pupilas dilatadas y una fuerza extraña, que juzgaba contra Arthur..observo sus ojos, sin acercarse a su rostro tomo el menton del mismo con fuerza- tu tampoco sabes de lo que hablas porque te callas todo en tu interior. golpeame si asi consigues sentirte feliz o mas tranquilo pero lo unico que conseguiras es un dolor de manos¡¡

-acto seguido golpeo con fuerza el muro de la torre, tronandose los nudillos, no ofrecio tregua al dolor que su mano rajada proporcionaba, continuo sin dejar de mirarle, una grieta insignificante habia causado su golpe y la sangre volvia a caer por sus de nuevo heridas abiertas ¿le importaba? Que el infierno se saciase hoy de su sangre porque no seria el unico que bebiera sangre alguna- Arthur, rossiel, te ama a ti, siempre te va a amar y por eso lo vamos a lograr…todo, lo vamos a lograr, el amor es un animal de raras facciones que cuando lo encuentras se esconde o actua según sus instintos, pero a menudo las palabras curan mas que las acciones…

-sus ojos volvieron a la normalidad..sus lagrimas..¿estaba llorando? Habian salido sin saber porque, habian salido, y ahora ahí estaba observandole, mirandole, ofreciendo una imagen patetica suya…no tenia, en efectivo donde caerse muerto…golpeo con fuerza a Arthur, o mejor dicho lo empujo para tirarle al suelo y colocarse sobre el para que le escucharaen el ultimo tramo del discurso, su slagrimas golpeaban el rostro de Arthur, su mano empezaba a sangrar mas de lo conveniente, escuchandose algun que otro hueso no del todo encajado, pero volvia a ser el mismo..que estaba llorando- te voy a apoyar en todo…porque no hay que lamentar nada…

por **Arthur** Dom Abr 12, 2009 8:13 pm

No se creyó que fuera el dueño de aquel delicado cuerpo quién le agarrase con el cuello con esa fuerza, su mano se alzó y amenazó con el puño, más, no lo bajo, no golpeó ni arremetió contra aquel que prácticamente estaba escañándole. Tomó aire con fuerza una vez se liberó, estaba demasiado aturdido cómo para hablar y entre tanto, se llevó una mano al cuello, palpándose la zona por dónde había sido agarrado y con ello miró el modo en el que ése fino puño impactaba sin temor contra el muro, abriéndose de nuevo aquella herida que había logrado apaciguar y de premio, llevarse otro corte. No podía hablar. Su estilo no era el de mentar cuanto le sucedía, no por vergüenza, si no por que jamás lo hacía hecho.

Estático, miró cómo la sangre emanaba de ése blanco puño, divagando en lo que el otro estaba diciéndole. ¿Él? ¿Enamorado? ¿Amaba a Rossiel?. Jáh. No. No lo admitiría. No amaba a Rossiel, jamás sintió nada por Wolfgang y en la vida había deseado a nadie. – Te equivocas. – Rió con desdén en lo que intentaba recuperar su aliento. Ciertamente el agarre por parte de Alex había dejado mella en él. – Yo no amo. – No amaba. Sólo.. "LE amaba".

Tardías o no sus palabras, su cuerpo se vio bruscamente azotado contra el suelo y por un momento realmente pensó en cómo una figura de aspecto tan frágil y delicado podía sacar la fuerza para tumbar a alguien que bien podía casi duplicar su peso. Se enervó del modo en el que pudo, pero... - ¿Qué...? - ... Esos llorosos ojos le dejaron sin defensas. Se quedó mirando cómo el color de sus pupilas se tornaba aguado, débil. Alzó una mano, mostrando esa ternura que ni en siglos hubiese mostrado a nadie y con cuidado perfiló una de esas humedecidas mejillas que sin duda parecía el más puro de los marfiles, retirándole con calma las saladas que escurrían por su piel. – Mi pequeño ángel... – Se enervó débilmente del suelo, lo suficiente como para quedar sentado y una vez en ésa posición, se abrazó a él. Increíble. Era totalmente insólito el sentir el deseo de abrazar alguien sin el pretexto de llevárselo a la cama, sin embargo, el deseo de hacerlo era irrefutable.

- ... Pediré mi traslado a otro instituto.- Soltó débilmente el abrazo y depositó ése cuerpo sobre el suelo, no sin antes bordear con la yema de los dedos los contornos de sus parpados, haciéndole cerrar los ojos. – Shhh...- Le animó a guardar silencio mientras se iba alejando poco a poco, viendo por última vez la figura de aquel cuya aura había capturado y que tal vez aún seguía embriagándole. - Quédate así. Cuando los habrás, todo habrá terminado. – Sonrió, sabiendo que el otro no podría verlo.

Los sonidos de una pelea cercana le indicaron que tanto Rossiel cómo el amado del ángel estaban cerca, por lo que seguramente Alexander sería lo suficientemente listo cómo para encontrarlos...No obstante, la protección que le debía a Rossiel le hizo cambiar el rumbo, dirigiéndose directamente al lugar en cuestión. Esperaba que Alex no siguiera sus pasos.. Podría proteger a uno. ¿Pero a quién defendería si la mano de ése tipejo de subdirector atentaba contra ambos?

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