............... -privado Charlotee -

Entre el atardecer y el anochecer, antes de que las luciernagas salieran, justo cuando las estrellas de la noche se comenzaban a ver en el cielo; aquel lugar se convertía en su favorito. No por la grandiosa vista, o la 'calma' que hubiese. Era el mero silencio y simple concepto de que a esa hora no iba nadie; lo que hacía de ese sitio su favorito.


Sobó sus ojos por debajo de sus lentes de lectura, sólo un poco, pero después los retiró puesto que el escosor era realmente molesto. Los talló un tanto más antes de rendirse. Era absurdo seguir intentando leer a sabiendas que la luz ya no era la adecuada. Cerró el pequeño libro rojo que habia escogido esa tarda para leer y lo dejó sobre el borde de una de las ventanas. Usualmente eso habría sido su pauta para retirarse a su cuarto, sin emabrgo, mejor a eso se recargó para ver por el humbral de la ventana, el paisaje que se dibujaba frente a él. Que desesperante era no tener nada mejor que hacer en ese momento.
El resonar de unos tacones sobre el suelo de madera hizo que mirara por sobre su hombro, sinceramente no era buen momento para tener una charla casual... o un encuentro no deseado, pero al ver a la persona que llegaba el consepto cambió totalmente.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó sin una verdadera curiosidad en sus palabras, y sólo una sonrisa de medio lado que apenas era visible en sus finos labios. No era normal verle en ese sitio, por lo menos no él, así que la pregunta fue algo como inevitable e impulsivo.

Se había mantenido expectante y callado antes las palabras de la joven guardiana. Si bien sentía aquella traviesa mirada recorriéndole sin una milésima de pudor, no resultaba nada molesto; al final sólo sonrió de medio lado antes de acercase hasta dejar menos de medio metro entre ambos cuerpos. Tomó el delicado mentón de la joven castaña observando con verdadero interés esas increibles facciones.

_ He de sentirme agusto con ese comentario? _ mascullo con un tono suave y neutro antes de soltar con la misma suavidad aquel rostro. Apartándose para ir hasta donde estaba anteriormente, la ventana, en la cual se recargó dejando el paisaje a sus espaldas para seguir viendo a la recién llegada.

Un nuevo aire, un tanto frío, resopló y navegó por aquel lugar, mesiendo los cabellos de ambos presentes de forma breve; a lo que el mismo Shimei reconoció que había olvidado atar su cabello a la hora de ir a la torre. Con ambas manos juntó todas las hebras castañas y las colocó sobre su hombro izquierdo dejándolas caer naturalmente por él.

_ No es normal que alguien como tú pasee sola ¿Sabes? _