Perdido. *Privado*

por **Shuichi.Shindou** Jue Abr 16, 2009 9:31 pm

- ¡Te odio! -

Señaló con el dedo índice el nuevo cruce cortado por un matojo de arbustos, por enésima vez sus pasos inciertos le habían guiado, sin saber del todo como, hasta un lugar dónde por descontado, no se encontraba la dichosa y ya esperada salida. Gruñó en tono imperial y pateó el suelo con la punta del zapato antes de dar media vuelta y volver a intentarlo.

¿Cuanto llevaba en esa situación?. Cuando despertó el día aún dejaba ver las formas y colores de ése curioso laberinto pero conforme las horas pasaban, más oscuro se hacía y por ende, menos veía. Era desesperante el hecho de caminar y caminar sin saber nunca hacía dónde tirar, por que camino atajar o que desvíos tomar. ¿Así terminaría su historia?. ¿En la eterna búsqueda de una salida?.

- A ti te he visto ya. - Habló con los labios prensados y su voz salió incluso siseante. Si. No era que se estuviese volviendo loco, no, para nada. Ése camino lo había seguido anteriormente. Era recto, sin curvas a la vista, pero le volvería a guiar a una de esas salidas ficticias. -

Se llevó una mano a la frente con aire desvalido y esta vez su mirada indagó por el cielo en busca de algún tipo de ayuda, la que fuese. No admitiría a viva voz que se sentía, no sólo perdido si no increíblemente desagusto. Había algo en el ambiente de ése lugar que no era para nada, punto de su devoción.

por **Mookyul Eun** Jue Abr 16, 2009 9:47 pm

El profesor de armamaento , un ser que estaba acostumbrado a cualquier escenario extraño al cual habia sido expuesto sin dudar por su "padre" el jefe de la mafia coreana aunque por supuesto, Mookyul ya no estaba involucrado en ello

Paseaba de forma bastante normal por aquellos labertintos para asi poder dirigirse hacia el internado ya que habia salido a escondidas para poder ir hacia un negocio y comprar aquel licor que tanto le gustaba, el wshikey

Hiba con su mochila negra mientras el tubo de nicotina yacia aun entre sus labios y se detubo de forma abrupta al ver a un chico pelear con los arbustos como si fueran una persona mas y al ver aquella imagen no pudo evitar reir

"Mocoso, que haces aqui"

por **Shuichi.Shindou** Jue Abr 16, 2009 9:57 pm

Entre constantes quejas fue internándose sin siquiera saberlo a un lugar cuyo único destino era otra zona sin salida. No obstante, ¿Cómo saber por dónde ir sin una indicación u señal que corroborase cual era la dirección correcta?. Claro. Estaba en un laberinto... Se tambaleó ligeramente a un costado cuando su pie dio con una invisible piedra; Era totalmente inaudito que la noche hubiese llegado tan pronto.

Cuando el pantalón del uniforme se enzarzó en uno de los arbustos profanó un grito y entonces se enzarzó en un cuerpo a cuerpo contra el mismo... Aunque en medio de eso escuchó la voz de un adulto, algo que le hizo alzar con prisa la cabeza y mirar en esa dirección.

Se deshizo cómo pudo del agarre y aunque su pantalón se rasgó hasta la parte intermedia del muslo, prefirió eludir el detalle. – Y-yo... -

por **Mookyul Eun** Jue Abr 16, 2009 10:21 pm

Suspiro al ver la situacion del chico y se llevo la mano hacia los cabellos negros para desviar la mirada y decir con aquel suspiro

"Mocosos..."

-Se acerco al chico para agacharse alfrente de el y estirarle una mano mientras sacaba el tubo de nicotina de sus labios

"Shuichi Shindou de tercer año...este lugar esta prohibido para los chicos...ahi muchos que murieron al no poder salir nunca dle laberinto y despues de un tiempo encontraron sus cuerpos"

Sus orbes azules se mantenian fijas en el chico para despues desviarlas hacia el muslo que yacia al descubierto
Sonrio de forma suave para desviar la mirada hacia el chico nuevamente y ladeo su cabeza mientras llevaba nuevamente el tubo de nicotina hacia su boca

"Te ayudo?"

por **Shuichi.Shindou** Vie Abr 17, 2009 2:49 pm

Siguió con la mirada el trayecto de los ojos ajenos y al dar con su pierna a medio descubrir alzó sistemáticamente la cabeza en un gesto que alborotó toda su rosácea cabellera mientras en sus antes lechosas mejillas se postulaba cierto tono carmín.

Tras aquello miró receloso la mano tendida pero tras cavilar de manera medianamente razonable accedió a la misma, dejando que sus dedos trazasen una irregular caricia sobre la palma del maestro antes de afianzarse a ésta y ponerse en pie.

Obviamente en ser conocido por uno de sus maestros no se le hizo algo alarmante, por lo que nervioso, comenzó con su relato. - Fue culpa del conejo. –

Torció los labios, totalmente convencido de su causa. Exasperado comenzó a mover los brazos de arriba hacía abajo con su típicos dejes infantiloides y conforme lo hacía, relataba una historia por demás surrealista. – Se escapó! Corrí tras él pero me llevó hasta aquí...! – Calló. Bien. Siquiera sabía si eso era del todo cierto; Simplemente había despertado allí, cómo si alguien hubiese cargado con él para más tarde depositarle a la jurisdicción del primero que pasara. Casualmente, ése fue Mookyul.

por **Mookyul Eun** Miér Abr 22, 2009 2:58 pm

-Levanto el cuerpo con una expresion calma y una sonrisa fria mientras agarraba con calma el cuerpo de aquel chico escuchando los relatos poco coherentes del joven

"Debe haber sido terrible..."

Entre abrio sus ojos al decir eso mientras ladeaba su cabeza hacia un lado dejando caer sus cabellos de forma lenta, su voz grave lentamente resonaba por el hueco y enredado lugar mientras su boca se movia de forma snesual al decir aquellas palabras
Desvio el rostro para poner una expresion seria

"Si no nos apuramos podria parecer "EL"

-se dio la vuelta para tirar de forma suave el brazo del chico y comenzar a caminar sin importarle si el otro sentia dolor alguno o si alguna herida yacia entre sus piernas largas y bien formadas

por **Shuichi.Shindou** Miér Abr 22, 2009 4:27 pm

- ¿Él? – Enarcó una ceja con dilación, dejando que su mirada amatista diese con el dueño de los zafiros que en un principio bien podrían crear cierto estupor inicial. - ¿Quién e...-? - Su frase no llegó a cumplimentarse del todo deseado pues al abrir los labios de tonos del cerezo sintió el agarre del adulto sobre su brazo.

- ¡E-esp...! –

Sus piernas, torpes y aún dolientes no llegaban a alcanzar el paso de quién se hacía con él por lo que de manera reiterada tropezaba pero aún y así se movía al ritmo del maestro procurando no ser una carga para quién prácticamente ya le llevaba a rastras.

Llegó el momento en el que su labio superior infligió una firme presión sobre el inferior a modo de callar los gemidos de por si lastimeros. El pantalón se contorneó al viento descubriendo de manera nítida la piel que se escondía bajo la tela, pero aquello no importaba, no cuando la herida inflingida en su muslo dolía en el modo que lo hacía. Un sendero irregular de líquido carmesí comenzó a brotar de la abierta herida deslizándose con sorna por dónde gustaba, manchando aquello por dónde apetecía, tornando con ello la blanca piel en una ilícita línea carmín.

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